DE ENFERMERA A PACIENTE: UNA CONVERSIÓN DOLOROSA, UN APRENDIZAJE TRANSFORMADOR
Al culminar el mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, queremos recordar que el autocuidado debe existir todo el año y que quienes trabajamos en salud no estamos libres de contraer patologías como ésta. Por lo mismo, queremos compartir la historia y testimonio de Sandra Coronado, enfermera de Puerto Montt, que sin darse cuenta pasó de ser enfermera a paciente y tuvo que vivir los tratamientos y la atención de salud, desde la otra vereda como ella misma dice.
“Mi nombre es Sandra Coronado Vera, tengo 39 años, soy enfermera, vivo en Puerto Montt y trabajo en el hospital de esta ciudad. Soy madre de dos niños, Vicente de 12 años y José Ignacio de un año cuatro meses.
Me diagnosticaron cáncer de mama derecha el 5 de diciembre de 2017, cuando mi bebé recién tenía cinco meses de nacido, un golpe bajo de la vida en un momento tan especial como ser madre por segunda vez. El miedo invadió todo mi ser, la incertidumbre y la angustia se apoderaron de mí, pero sólo ese 5 de diciembre, donde grité y lloré derrotada en los brazos de mi hermana que también es enfermera, que me abrazaba y decía que todo estaría bien.
Inicié la quimioterapia cada 14 días, fue horrible, no lo puedo explicarlo de otra forma, horrible. Vomité cinco días seguidos, sin comer ni poder tragar mi propia saliva. En total fueron 8 sesiones en las que siempre tuve la compañía de colegas, los técnicos y mi hermana que se convirtió en mi sombra.
Cuando me correspondió la cirugía, al entrar a pabellón y sentir tanto cariño me dio la seguridad suficiente para entregarme. La recuperación fue dolorosa, con un bebé que lloraba y quería los brazos de su madre, dolía más aún.
Hoy puedo mirar desde afuera el huracán que sacudió mi vida y decir gracias a mis padres y hermana que son y serán el pilar de mi vida y que cuidaron de mis hijos; gracias a Dios por hacerme sentir tan querida.”.
¿Cómo fue pasar de enfermera a paciente?
“Un proceso doloroso, difícil de enfrentar, un desafío emocional, físico, espiritual y familiar extremo. Es difícil ser paciente con un diagnóstico así. Lo que uno menos quiere es ser paciente, no quieres esperar, el miedo invade porque tu vida corre peligro. Uno sólo desea encontrar el equilibrio otra vez. Pero ahora que estoy en este otro lado de la vereda puedo entender a los pacientes, porque muchas veces llegan frustrados, enojados y es sólo eso, porque uno no quiere ser paciente”
¿Cómo ha cambiado tu visión de la enfermería?
“La visión de mi vida completa ha cambiado. Entendí que yo estoy primero, que soy mi prioridad, que debo estar bien para poder entregar lo mejor. Como enfermeras asumimos muchas labores y las hacemos con alegría, pero descuidamos a las personas … que importante es saludar o abrazar a nuestros pacientes, mirarlos, escucharlos, dedicarles un tiempo. Dejar esos papeles a un lado por un momento y tratar con cariño y respeto”.
¿Algo cambiará cuando vuelvas a trabajar?
“Primero respetar mis tiempos, comenzando por algo básico que no hacía y que es almorzar a la hora que corresponde. En este momento estoy trabajando para aprender a no traspasar mis límites, aprender a decir que no, porque el entusiasmo por el trabajo bien hecho es casi una obsesión mía, que me desgasta y estresa”.
¿Algún consejo a tus colegas que muchas veces por cuidar a otros, dejan de lado su propio cuidado?
“Yo sé cuánto aman su trabajo, como yo lo hago, pero debemos tener claro que nosotros debemos ser personas con cuerpo y alma en equilibrio, porque nuestros pacientes lo merecen y más que ellos nuestras familias merecen tener personas sanas. Antes de ser enfermeras somos personas y necesitamos estar todos sanos para poder entregar”.
Un mensaje a todas las mujeres
“Debemos tocarnos y aprender a conocer nuestro cuerpo, es la única forma de realizar un buen autoexamen de mama. Controlarse si tienen la edad que corresponde o cualquier factor de riesgo. El cáncer no es chiste, no es broma, la vida corre riesgo. Las terapias quitan muchos años de vida, ya no vuelves a ser la misma, eres una nueva versión. Renacemos, pero ese proceso duele”.