Santiago, 18 de Mayo de 2021

Sr. Enrique Paris

Ministro de Salud

Gobierno de Chile

Presente

Junto con saludarlo, la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermeras/os de Chile se dirige a usted para manifestar su más profunda preocupación por los conmovedores suicidios de cuatro enfermeras en ejercicio de la red de salud nacional, tres de los cuales ocurrieron durante el último mes.

Si bien es cierto las causas y factores son variados en cada caso, existe un denominador común: las malas condiciones laborales en la atención de salud, las cuales se han visto agravadas por las altas exigencias físicas y mentales del personal, debido a la pandemia. Y aquí nos queremos detener, ya que si bien hace meses lanzamos el llamado de alerta por el alto nivel de estrés laboral -evidenciado en estudios – al que se han visto sometidos los equipos de salud por causa de la crisis sanitaria, la inestable salud mental de lo/as trabajadores/as de salud es un tema que nos golpea hace décadas y la autoridad lo sabe.

Lo grave es que aún no existen las herramientas ni lo/as profesionales experto/as que permitan tener una mirada preventiva con identificación precoz, de los eventuales casos de trastornos psicoemocionales en el personal de salud. Lo que ha provocado esta pandemia, es intensificarlos e impedir, que sean detectados a tiempo, por la urgencia con la que operan los equipos de salud en el día a día.

Esta situación ha sido planteada en variadas oportunidades desde el inicio de la emergencia sanitaria en reuniones con la Subsecretaría de Redes Asistenciales y en reuniones con Relaciones Laborales de esta cartera, con el fin de generar una alerta temprana del riesgo inminente de suicidio dentro de los profesionales de enfermería. Sin embargo, no hay esbozos de implementar estrategias que permitan articular un protocolo de prevención, diagnóstico y tratamiento en salud mental, que efectivamente se haga cargo del problema. Menos, de atender la naturaleza propia de nuestra profesión, donde la mayoría son mujeres y sufren la discriminación histórica del modelo patriarcal.

Tenemos muy buenos ejemplos en hospitales de la red pública, como los de La Serena y Temuco, donde se ha previsto la problemática gracias a su propia iniciativa, mediante la incorporación de equipos de pesquisa activa de casos. Ellos han demostrado que SÍ se PUEDE, pero no podemos dejar una temática tan sensible y fundamental a la voluntad de las autoridades locales, por lo que solicitamos directrices contundentes del nivel central.

Debido a lo anterior, con la propiedad y el conocimiento de la dinámica del sistema de salud, proponemos las siguientes medidas:

Implementar un plan nacional de salud mental de pesquisa, diagnóstico, tratamiento y reparación para trabajadores de salud que contenga espacios de conversación y reflexión.
Creación de unidades de urgencia psicológica que cuenten con atención psiquiátrica complementaria.
Considerar un equipo psicosocial permanente (en sistema de cuarto turno) de atención en apoyo a los trabajadores.
Asegurar la dotación de enfermeras/os adecuada/os, para evitar el “autoreemplazo”.
Corregir horarios y jornadas de trabajo extenuantes. Los turnos de 12 horas deben ser reevaluados en pro de la calidad de vida de enfermeras/os y el equipo de salud.
Asegurar el presupuesto para ejecutar los planes de salud mental para los trabajadores en todos los hospitales del país.
Apoyar el proyecto de ley que promueve el descanso compensatorio por pandemia.
Dar celeridad a los procesos investigativos frente a denuncias de maltrato o acoso laboral.

Durante más de un año de pandemia, las enfermeras han ratificado su compromiso de trabajo y vocación de servicio de forma intachable, trabajando al máximo de sus capacidades físicas y mentales, y en muchos casos, poniendo el deber por sobre sus propias familias.

Sr. Ministro: No queremos más aplausos ni promesas incumplidas lanzadas como fuegos artificiales ante los medios de comunicación. Lo que queremos es tener las condiciones de trabajo adecuadas, en especial, en la realidad que hoy nos golpea. No queremos llorar más muertes, menos de nuestras enfermeras. Nos faltan cuatro, cuya partida pudo evitarse