RETRATANDO LA HISTORIA DE LA ENFERMERÍA A TRAVÉS DE SUS TRAJES
Ana María Vera (66), ha querido retratar el cambio de los trajes de las enfermeras a través del tiempo y también de las distintas funciones que realizan en su quehacer y lo hace a través de su colección de muñecas, que bordea las 800.
Nacida en la Región de Magallanes, estudió en la Universidad Técnica del Estado y llegó a vivir a Ovalle, para asumir un cargo en el Hospital Provincial de Ovalle, Dr. Antonio Tirado Lanas, donde trabajó casi 30 años, pasando por varios servicios, pero donde más tiempo estuvo fue en la UCI. Ana María recuerda con nostalgia sus días en el recinto asistencial, ya que hace un año que se acogió a retiro. Actualmente, con más tiempo ha podido dedicarse en plenitud a su colección, pero sin duda, las que más la enorgullecen son las 11 vestidas de enfermeras y enfermeros. Ella misma les fabrica los trajes, intentando caracterizar las diferencias de las y los profesionales, con vestuarios adecuados a cada función. Su regalona es la que lleva un traje igual al que ella usó en su graduación, con capa y vestido blanco. Pero también tiene una muñeca vestida al estilo de Florence Nightingale, otra de pediatría, neonatología, etc. Su colección también incorpora muñecos masculinos con las ropas que han usado desde que su sumaron los hombres a ejercer esta profesión.
¿Cómo nace este hobby?
“Un día mi nieta que vive en Francia me pidió que le llevara de regalo una barbie. Busqué ropa para no llevarle sólo una muñeca, terminé armando una casa con todo para regalarle. Ahí descubrí este mundo y me quedó gustando.
Así me fui entusiasmando y adentrando en este mundo, comprando más muñecas, confeccionando trajes de todo tipo, desde novias hasta deportistas y como siempre yo era la que decoraba el servicio en fechas especiales, se me ocurrió vestir una barbie de enfermera, incluyendo los implementos de trabajo que podrían caracterizarnos. De esta forma comenzó mi colección de muñecos/as enfermeros”.
Esta enfermera pretende seguir ampliando su colección y también el estilo de sus muñecas, creando trajes de otros funcionarios de salud. De esta forma ella revive su etapa laboral, la que recuerda con cariño y también a veces extraña.
“El hacer las ropas me trae lindos recuerdos y me mantiene conectada de alguna forma a algo que tanto quise. Cuando todavía trabajaba, a veces me llevaba una muñeca vestida igual que yo, y la dejaba parada ahí, en algún lugar”.
¿Qué recuerdos le trae?
“Lo que más recuerdo es el cariño de la gente. En mi periodo tuvimos pacientes hospitalizados hasta un año en la UCI con ventilación mecánica. Nos hicimos amigas de sus familias. Les celebrábamos sus cumpleaños, adornábamos su sector para navidad y cuando estaban conscientes se alegraban mucho. Todo el trabajo lo hacíamos con mucho cariño y dedicación, algo que hoy no veo en las nuevas generaciones”.
¿Algún mensaje que quiera entregar en ese sentido?
“Este trabajo es desgastador física y sicológicamente. Uno se enfrenta también a cosas difíciles cuando hay pacientes que fallecen, pero también se reciben gratas recompensas cuando hacemos todo con amor. Les diría a las nuevas generaciones, que no trabajen solamente por el sueldo, que la vocación es muy importante en la enfermería, porque entregamos cuidados a personas, a vidas humanas y nuestra labor es importante en cualquier área del hospital”.