En la Primera Línea de la Atención Geriátrica: LA VITAL LABOR DE LAS ENFERMERAS EN UNIDADES AGUDAS

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En el corazón del cuidado geriátrico, donde la vulnerabilidad y la necesidad de atención especializada se encuentran, las enfermeras/os de la unidad geriátrica aguda desempeñan un papel crucial. Estas profesionales no solo administran tratamientos, medicamentos y cuidados, sino que también brindan consuelo y comprensión a los pacientes que a menudo enfrentan los desafíos más difíciles de la vejez.

En el año 1992 sólo un 9,5% del total de habitantes de Chile tenía 60 años o más, porcentaje que ha aumentado progresivamente en las últimas décadas. Cifras del INE indican que al año 2022 este grupo etario ocupaba el 18,1% y se espera que en 2050 las personas mayores sean el 32,1% de la población, lo que sin duda significa un desafío para el Estado en muchos ámbitos y la salud es uno de ellos.

En el país, existen todavía pocos hospitales que cuentan con unidades especialidades de atención para personas mayores, poco a poco se han ido implementando, pero queda mucho por hacer. Las Unidades Geriátricas de Agudos (UGA) están insertas en un hospital de alta complejidad, son unidades de cuidados intermedios, que buscan apoyar a las personas mayores que han pasado por una condición complicada de salud, y deben comenzar a recuperarse y recobrar la movilidad para evitar avanzar hacia una situación de dependencia. El Hospital San Pablo de Coquimbo actualmente cuenta con doce camas en su UGA, pero esperan duplicar este número luego de la construcción del nuevo hospital al año 2030, comenta Pía Ríos Pizarro, enfermera encargada de la UGA en este recinto hospitalario y quien este año asumió dicha responsabilidad.

Una de las motivaciones para trabajar en el área geriátrica, para esta enfermera, es la sabiduría y el respeto que le inspiran los adultos mayores. Dice que siempre ha sentido mucha empatía por las personas mayores, siendo su abuela su principal referente.

Desde que egresó fue enfermera clínica y hace cinco años trabaja en la UGA. Ahora como encargada de esta unidad tiene la labor de ser gestora de los pacientes. Ella es la que determina quienes ingresan a la unidad, ya que existen algunos criterios para esto: como tener dos o más síndromes geriátricos (inmovilidad, inestabilidad-caídas, incontinencia urinaria y/o deterioro cognitivo); tener riesgo de pérdida de funcionalidad y no estar con riesgo vital.

“Con un equipo interdisciplinario buscamos entregar un cuidado integral a las personas mayores, mantener su funcionalidad o autonomía para que tengan mejor calidad de vida. Nos ocupamos no sólo de sus necesidades fisiológicas, sino también del área sicosocial, cultural, espiritual y emocional”, comenta la enfermera.

Como unidad implementan el modelo de atención centrado en la persona, Pía lo define de la siguiente manera: “Esto en realidad se orienta a los deseos y las preferencias que tienen estas personas, que se sientan escuchadas, se les da la posibilidad de poder opinar, de poder transferir los deseos que ellos quieren. Eso es súper importante porque generalmente los trabajadores clínicos que trabajan en hospitales o en clínicas son un poco robóticos, hacemos, pero no nos damos cuenta de que la persona que está hospitalizada es una persona con derechos, con sentimientos, con emociones”, profundiza Pía.

La labor de estas enfermeras es un recordatorio del impacto profundo que tiene el cuidado compasivo en la salud y el bienestar de los ancianos. En una sociedad que a menudo olvida a sus mayores, las enfermeras de unidades geriátricas agudas se mantienen firmes, ofreciendo no solo cuidados, sino también dignidad y respeto.

A nivel regional sólo existe UGA en el Hospital de Coquimbo, es por eso que Pía tiene la esperanza que a raíz del crecimiento de la población de personas mayores de forma acelerada, esta unidad se implemente en todos los hospitales, porque sin duda la necesidad de cuidados y atención en este grupo etario no está cubierto como debiera y como las personas mayores merecen.