Estados de emergencia y respuesta del servicio público a la comunidad
Sin embargo, en esta oportunidad y a raíz de la emergencia vivida en el norte, creo oportuno hacer un reconocimiento a todos aquellos profesionales de la salud que enfrentan situaciones límites, en las cuales ponen en riesgo su propia vida, postergando a sus propias familias en pos de cumplir con el deber de permanecer junto al paciente.
Tras vivir la emergencia del terremoto del 27 de febrero en Concepción, trabajando como enfermera en el Hospital Regional de Concepción HGGB, puedo decir que de esa experiencia aprendí que en este tipo de eventos es fundamental la organización, la tranquilidad y la comunicación, donde cada integrante del equipo debe conocer el rol que debe cumplir. Asimismo, es prioridad determinar daños y los grupos de personas que requieren mayor atención por su gravedad, como también conocer las herramientas disponibles para su atención. Esto permitirá prestarles apoyo aunque sea en condiciones precarias.
Es precisamente el conocer cómo se vive la crisis provocada por un estado de emergencia en un recinto hospitalario público, y constatar que aun cuando en el país las catástrofes son eventos recurrentes debido a nuestra geografía, naturaleza y clima, no existe un programa efectivo de prevención y ayuda. Esto me obliga a hacer un llamado a las autoridades y parlamentarios, y a la comunidad organizada, para definir planes de prevención para este tipo de situaciones.
Necesitamos una herramienta eficaz, regulada por políticas públicas de salud que den cabida a los cambios estructurales y radicales que se necesitan, para acabar con el problema desde su origen, evitando de una vez por todas que sólo sea cubierto por la capacidad de héroes anónimos que cumplen su labor primero. Evitando así también definir medidas reactivas de acción que se olvidan en el corto tiempo y que no pasan de ser de maquillaje y soluciones parches.
Es cierto, no podremos impedir los eventos que enfrentamos por las condiciones geográficas y climáticas de nuestro país, pero lo que sí debemos pretender como sociedad es disminuir al máximo, el riesgo de muertes y estar preparados ante situaciones de desastre con educación civil.
Escrita por Magaly Miranda
Presidenta de FENASENF
Fuente: http://redmaule.com/estados-
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