Enfermera de Emergencia y Desastres: “Invito a las ASENFs a sumarse a las capacitaciones, necesitamos personal formado”
Por Jessica Celis Aburto
Ximena Duarte Aranda es enfermera-matrona con más de 30 años de experiencia y desde el 2001 trabaja en la Dirección del Servicio de Salud O’Higgins, donde ha pasado por distintos cargos y departamentos, hasta que el 2016 comienza trabajo en Emergencias, asumiendo el año 2019 como Coordinadora de Emergencias y Desastres del Servicio de Salud.
El 2017 fue seleccionada y enviada al curso EMT (Emergency Medical Team) del Ministerio de Salud, que capacita a profesionales de la salud (médicos, enfermeras, técnico de enfermería y logistas) para que den atención clínica directa a las personas afectadas por emergencias y desastres, y apoyen a los sistemas de salud locales. Hoy se encuentra desplegada en la región del Bío Bío, en comuna de Santa Juana, debido a la catástrofe provocada por los incendios.
¿En qué consiste su trabajo, cómo opera?
Primero que todo se mide el impacto que tiene la emergencia, que está pasando con la comunidad. Se debe mantener la funcionalidad operativa de los establecimientos de salud, ya que deben tener una capacidad de atención-reacción que incluso puede aumentar más de un 25% en emergencias. Hay que hacer un diagnóstico local muy oportuno. Es clave destacar que el uso de información digital es fundamental. Através de plataformas como MIDAS Emergencia, se puede canalizar rápidamente lo que ocurre en el sitio del suceso, como el nivel de daños, personas afectadas, etc. Con esta información se puede por ejemplo gestionar pedir refuerzos a otras redes fuera de la zona, elevando el requerimiento al Ministerio de Salud (MINSAL). Es lo que ocurrió en la emergencia de ahora, donde Bío Bío se vio superada y se pidió el apoyo, que llegó con miembros de servicios de salud de O’Higgins y Atacama.
Según relata, “en cada establecimiento de salud, incluida su Dirección, debe existir un Coordinador/a de Emergencias y Desastres el cual debe hacer un diagnóstico, planificación y tener un equipo respondedor ante eventos de emergencias. El proceso tiene un ciclo que se inicia con la planificación. Es un error pensar en solo ser respondedores cuando la emergencia ya ocurre, porque antes es necesario tener identificadas las amenazas, medición de riesgos y vulnerabilidad, identificación de los equipos de trabajo, líneas vitales, entre otros. Hay muchos componentes a manejar previamente. El éxito entales situaciones dependen mucho de cómo se está organizado y con cuánto personal capacitado cuentas para dar respuesta a lo que puede ocurrir, como los incendios forestales, que sabemos que hay todos los veranos, o los sismos y emergencias climatológicas. Si hubiese una planificación real de emergencias, no deberíamos tener el nivel de pérdida y muertes que hay. No tenemos el hábito de prevenir la emergencia ni trabajar en el tema como equipo de salud antes que las cosas sucedan, y no es un tema que debe trabajar el encargado local de Emergencia. Creo que un buen modelo a seguir es como avanzó Calidad, que para acreditar a los establecimientos, todos sus integrantes debieron sumarse a esa tarea. Estoy segura que con una metodología semejante, independiente que la administración sea municipal o del servicio de salud, tendríamos mucho más avances en la materia.
¿Cómo evalúas el rol de enfermería en esta área?
Las y los enfermeros somos muy ordenados de por sí, muy disciplinados sobre todo en llevar registros y la planificación. Nos formaron en gestión, por lo que tendemos a entender el modelo de emergencia desde ahí. Tenemos buena capacidad de trabajo en equipo, habilidades para desarrollar liderazgos, hacemos mucho trabajo comunitario. El perfil de enfermería cruza todas las cualidades y destrezas que se necesitan para enfrentar la emergencia en todas sus etapas de gestión. En mi caso al ser enfermera matrona, todas las situaciones ligadas a esa área me ayudan mucho, como pasó ahora en Santa Juana, donde me ha tocado acompañar a una madre embarazada con alta afectación por el incendio y con un embarazo de alto riesgo, haciendo una atención considerando atención biopsicosocial coordinando en red todo lo que el caso necesitaba.
¿Cuáles son las emergencias más complejas?
Aquellas donde hay pérdidas de vidas humanas y nuestro personal también se ve afectado o las instituciones de salud sufren pérdidas, como ahora con los incendios. Los sismos tienen una duración acotada pero los incendios borran todo, consumen todo; puedes estar lejos de ellos y verte afectada por el humo y altas temperaturas. Por su parte el calor te impide movilizarte, te impide trabajar sobre la emergencia. Según la población afectada, cuando hay grupos vulnerables como ancianos, niños o personas que no pudiste evacuar, se compromete el alma y toda la comunidad sufre el duelo. En caso de sectores rurales, especialmente, pasa que muchas veces el personal de salud debe enfrentar pérdidas o daños de sus propias familias y es muy complejo. Los componentes que afectan la salud mental son cada vez más complejos y no siempre se cuenta con personal especializado. Nuestro equipo está formado en primeros auxilios psicológicos y eso es clave para la contención. Afortunadamente han aumentado los equipos formados en este aspecto crítico.
En los despliegues hay que cumplir diversas labores que no tienen que ver específicamente con tu profesión. Acá somos personal de salud que va a todas. Hay que tener una energía y espíritu que viene del alma, no del título. Hay que tratar de estar fuerte física y mentalmente. Si estoy apoyando, debo manejar cada situación para ayudar y contener y hacer gestión en emergencias.
¿Alguna situación que te haya marcado?
Primero que todo debo decir que me impresiona la resiliencia y capacidad de rearmarse del chileno/a. La situación más difícil que me ha tocado fue en el aluvión de Chañaral del 2015. Éramos voluntarios enviados por el ministerio para ayudar. No teníamos aún un modelo ni estándar de trabajo como ahora existe con equipo EMT por ejemplo. Entonces todo era un caos. Fue mi primer despliegue territorial y fue un aprender haciendo. Ahora con varios eventos en el cuerpo (como la contaminación en Quintero, aluviones en el norte, Santa Juana en la actualidad) y capacitaciones, tengo la experiencia para saber qué hacer, en cómo trabajar con los líderes comunitarios y realizar un trabajo multidisciplinario.
¿Cuál es tu diagnóstico sobre la preparación a nivel país para enfrentar las emergencias?
Debido a que las vivimos constantemente, creo que hay cierta capacidad de respuesta, pero no en todos los ámbitos. Uno de ellos es la salud, donde hay muchos niveles y áreas muy desarrolladas, pero otras pendientes como el trabajo multidisciplinario de todos los niveles incluyendo incluso extrasistema. La emergencia no es responsabilidad solo del o la coordinadora de emergencias, o del prevencionista de riesgos: es el establecimiento el que debe asumirla con un trabajo en equipo, cohesionado, que elabore un plan que pueda ser trabajado con la comunidad. Cada miembro de la organización en su totalidad debe tener herramientas para poder manejar una, y además, se debe solucionar la brecha de recursos. Debe ser constante y no depender de Decretos de Emergencia por daño. Se deben hacer alianzas estratégicas, por ejemplo con municipios y extra sectoriales. Estamos mejorando, pero necesitamos el compromiso de las autoridades y de los profesionales en las capacitaciones y acciones de mejora continua.
Entonces ¿Las principales falencias a mejorar cuáles son?
El dejar de ser respondedores de las crisis y no planificadores. Cosas muy simples como tener mochilas de emergencia en casas o lugares de trabajo son excepciones y descansamos en alertas digitales siendo que hay que prepararse desde nuestros hogares antes. Creo que los gremios podrían hacer actividades de capacitaciones de emergencia, retomar pasantía en lugares con experiencia en el mundo, fortalecer la especialización; o en vez de regalos como calendarios o tazones, ayudar a tener elementos de emergencia como linternas, cargadores solares, libretas de contactos escritas, frazadas frío-calor. Hay que promover que nos preparemos desde nuestras casas porque cuando tienes la tienes segura y resguardada puedes ayudar en tu lugar de trabajo, si no, no puedes moverte en paz. En los equipos de salud hay que lograr que los directivos se involucren, que se incorpore tecnologías de la información. Imagínate que en ruta tenemos que salir con papeles ante la ausencia de equipos cómodos y portables para registros. Los equipos telefónicos son deficientes y muchos tenemos que usar los propios para estar conectados. Al ir a zonas distantes, no hay bandas anchas móviles de mejor capacidad. Hay quefortalecer los equipos radiales y tener presupuesto constante y de continuidad con varias opciones de ejecución: elPrograma de Emergencia no tiene presupuesto asignado.
Como reflexión final, Ximena dice que “en todos los hospitales tenemos gente capacitada en ‘Calidad o IASS en Supervisoras’, lo que destaco, y creo que en ‘Emergencias’ debe pasar lo mismo. No estar en eso porque eres bombero/a o te pueden desplegar. Me gustaría ver equipos cohesionados en torno al área y que funcione independiente de tipo de dirección o cargo. Invito a las asenfs a sumarse a las capacitaciones, yo feliz las apoyo”.