Enfermeras cuentan cómo lideran el proceso de vacunación
La llegada a Chile de las primeras dosis de vacunas contra el Covid19 (del Laboratorio Pfizer), pusieron nuevamente en marcha a los equipos de enfermería que históricamente son los encargados de estos procesos en el país, desde que se creó el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) en 1978. Tres años antes, y gracias a este plan, el país se convirtió en el tercer país del mundo en erradicar la Poliomielitis.
Lo que ha sido una labor sostenida de enfermería, recién el año pasado tuvo su reconocimiento, tal como explica Jessica Inzunza, enfermera, magíster en Salud Pública y Encargada Regional del Programa Nacional de Inmunizaciones, SEREMI de Salud Ñuble. “Las enfermeras y enfermeros finalmente fuimos reconocidos en el Diario Oficial como responsables de los depósitos de vacunas e inmunoglobulinas, ya que hasta el 2019, en la Ley sólo se mencionaba a los químicos farmacéuticos en dicha labor”.
Detrás de una vacunación hay un tremendo trabajo logístico que la gente no ve, por ejemplo en el caso de la vacuna de Pfizer, precisa que parte de esta organización se relaciona con los tiempos de administración, ya que se encuentra a una temperatura de menos 70º C. y una vez descongelada, debe ser aplicada antes de 5 días. “Eso implica una tremenda planificación que está a cargo de enfermeras, con apoyo de sus equipos de PNI. Además, se suma un doble esfuerzo, ya que tenemos que poner una segunda dosis, 21 días después de la primera. No podemos administrarla antes del día 19 o después del día 23 de recibida la primera, ya que se pone en riesgo el efecto de la vacuna. Además, debemos hacer el seguimiento a quienes se aplicará la segunda dosis, ya que la inmunización se logra recién, 7 a 10 días después. A todo lo anterior sumamos funciones de fármaco-vigilancia, es decir, estar pendientes de posibles reacciones adversas asociadas a la vacuna, las cuales deben ser informadas a través de una plataforma especial a nivel país”.
¿Tiene Chile la capacidad para ese almacenaje?
Sí. La clave está en el proceso. En cada región del país, en cada SEREMI de Salud, hay uno o más depósitos de vacunas e inmunoglobulinas (DVI) también llamadas cámaras de frío, las que están a cargo de una Directora Técnica, que es enfermera. No hay problemas de almacenamiento ya que a lo largo de todo Chile el programa cuenta con 26 DVI, los cuales tienen un sistema de monitoreo continuo de temperaturas.
¿Cómo ha sido el proceso hasta ahora?
La logística que han tenido las primeras regiones del programa, ha sido un éxito. Incluso hemos recibido apoyo de las Fuerzas Armadas y la PDI para su traslado.
La vacuna no es la solución inmediata para erradicar la enfermedad, sin embargo, su llegada es una primera puerta de esperanza.
Exacto. No se va a vacunar a toda la población, sino a grupos específicos. Cuando nos vacunamos, no sólo nos protegemos a nosotros, sino que al resto de la gente que nos rodea y evitamos que el virus circule. Esto es lo que se conoce como “inmunidad de rebaño”, que es lo que queremos alcanzar. Por eso debe inmunizarse la mayor cantidad de población posible, para que protejan a quienes no se vacunaron por alguna razón, por ejemplo, mujeres embarazadas que no pueden ser vacunadas con la Pfizer.
Todavía hay personas reticentes a la vacuna, por miedo, por desconocimiento o por contar con información errada ¿Qué puede comentar al respecto?
Efectivamente las vacunas que se han creado anterior a ésta, han tenido un proceso de tiempo mayor, sin embargo, esta vacuna fue posible porque se dieron varios factores que permitieron su creación: se inyectaron muchos recursos económicos para realizar investigaciones; ya había avances debido al brote de Sars Cov 1 -que es de la misma familia-, y también hubo una gran disponibilidad de voluntarios para probarla. A ello se suma el campo de conocimiento adquirido a través del tiempo y la tecnología disponible.
¿Es posible tener una fecha estimada de cuándo podría estar esta inmunización en Chile?
No. Chile fue privilegiado al negociar rápidamente con laboratorios para la llegada de vacunas, sin embargo somos un comprador pequeño, por lo que las vacunas nos van ir llegando de a poco, no de forma sostenida, dependemos de la producción de los laboratorios y del consumo mundial que está teniendo el resto de los países. El Gobierno lo que ha informado a través de los medios de comunicación, es que antes del primer semestre podríamos contar al menos con el 80%.
¿Cuándo se podría estimar una disminución de los casos?
Sólo al alcanzar un 80 o 90 % de personas vacunadas. Por eso es importante un trabajo de educación. Vamos a tener que seguir con las medidas de autocuidado esenciales por mucho tiempo: uso de mascarillas, distancia física y lavado de manos. Los casos van a seguir presentándose y no se va a vacunar a toda la población, sino a los grupos de más riesgo. Otro punto: la inmunidad no es inmediata. El cuerpo tiene que reaccionar para que los anticuerpos comiencen a actuar. Pzifer ha planteado que luego de la segunda dosis, recién después de 7 a 10 días eso ocurre. Si bien, a largo plazo, la vacuna puede ser la solución, ahora, es un apoyo que se suma a las medidas de prevención que ya tenemos para enfrentar al virus. Por eso, la educación a cargo de los equipos de salud es fundamental para que la población comprenda que no podemos bajar la guardia.
Magallanes
En este último punto coincide su colega Lorena Millán, supervisora de CAE adulto y procedimientos, y parte del equipo de organización y vacunación en Magallanes. “La vacunación es la única forma de terminar con la pandemia, sin embargo, hay que seguir con las medidas de cuidado: uso de mascarilla, lavado de manos y distanciamiento físico”. Y al igual que la región de Ñuble, destaca que el proceso de vacunación ha sido fluido y tampoco se han detectado reacciones adversas post inoculación.