ENFERMERÍA Y MÚSICA AL SERVICIO DE LOS PACIENTES

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Chillán la vio nacer, pero muy pequeña se trasladó junto a su familia a vivir a Temuco, Región de la Araucanía. Dámaris Pastene Carrasco, realizó todos sus estudios en la capital regional. Terminado el colegio ingresó a la carrera de enfermería en la Universidad de La Frontera, de donde egresó el año 2010.

Además de la enfermería, carrera que la apasiona, ella dedica sus horas libres a la música, siempre autodidacta, desde los 10 años toca piano. “Dado mi amor a la música, siempre he estado ligada al canto popular, folclor, y especialmente en los últimos años al canto lírico. Integro el Coro del Teatro Municipal de Temuco. Había sido seleccionada para un breve rol en una ópera que tuvo que ser cancelada ante la actual contingencia”.

Dámaris cuenta que inició sus pasos como enfermera en el área neonatal, “comencé trabajando en la Unidad de Recién Nacidos de Clínica Alemana de Temuco (adoro los bebés) tras unos años emigré al área administrativa como encargada en el proceso de incorporación del sistema de registro electrónico. También me desempeñé en áreas ambulatorias como Vacunatorio y Sala de Procedimientos. Posteriormente trabajé por unos meses en una Clínica Oftalmológica de la ciudad, pero luego volví a Clínica Alemana, incorporándome a la Unidad de Estadística y GRD y retomando lo asociado a Ficha Electrónica. Además, integro el Comité de Ética Asistencial de la Institución”.

Ella, ha sabido compatibilizar y unir sus dos pasiones: enfermería y música. “En mi lugar de trabajo también he vinculado esta pasión por la música. Soy parte de un grupo folclórico desde hace varios años y últimamente cantando como integrante del coro y también en forma particular. Siempre he manifestado a Dios mi deseo de compartir la música con los pacientes y así ha sido posible, gracias al apoyo y confianza de mis jefaturas para desarrollarme en esta área.”

 Y aunque su voz es su mayor talento, es capaz de comunicarse sin usarla, ya que aprendió lengua de señas, lo que le ha permitido también atender de mejor forma a pacientes con discapacidad auditiva.

En medio de esta gran contingencia, porel Covid-19 en el país, esta joven enfermera lleva a los pacientes internados en la clínica unos minutos de alegría a través de su bella voz. Especialmente en estos difíciles momentos donde un poco de música nos trae un instante de paz a nuestros espíritus, una breve inyección de analgesia al alma. Ha sido toda una experiencia cantar con el corazón apretado, un nudo en la garganta, una mascarilla en el rostro y sin poder abrazar a nadie al terminar, sólo recibiendo el cariño por medio de los aplausos y sonrisas en sus miradas”.