Gladys Corral: “LAS ENFERMERAS TENEMOS UNA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y EL DEBER DE LUCHAR POR CAMBIAR AQUELLO QUE VULNERA DERECHOS”

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El nombre de Gladys Corral Neira es un símbolo de la lucha gremial y social de la Enfermería en Chile, desde que asumió en 1990 como Presidenta del Colegio de Enfermeras de Chile, hasta hoy, como Asesora de FENASENF. Sus 20 años a la cabeza del colegio, son el resumen del éxito con el que lo lideró sostenidamente hasta el 2010, período que además coincide con el Chile post Dictadura, que socialmente trató de reconstruir su dañada estructura social. 

“En nuestro equipo de trabajo que condujo al Colegio de Enfermeras en ese período, nos propusimos, una vez que retornó la democracia en el país, recuperar nuestra dignidad como profesión, ya que durante la Dictadura ésta fue menoscabada. La disminución de escuelas de Enfermería produjo una evidente baja en la formación de profesionales en esa época y nuestro ejercicio profesional se vio profundamente afectado, ya que hubo un período en que los hospitales quedaron acéfalos del rol de Enfermera Jefe”, recuerda.

En ese contexto se promulgó la DPI N°7 (directiva permanente interna, en lenguaje militar), que creó la figura de Coordinadora de Enfermería, un rol carente de autoridad y atribuciones para dirigir de manera autónoma el quehacer profesional de la Enfermería. “Nuestro norte fue procurar un marco jurídico para la profesión en el país, y así logramos entre el año 1997- 2007, la incorporación al Código Sanitario, en su artículo 113 (año 1997). Luego trabajamos para incorporar la Gestión del Cuidado a la Ley de Autoridad Sanitaria y su Reglamento N°140 (año 2005) y posteriormente se formuló la Norma Administrativa N°19 (año 2007), que indica la creación de subdirecciones de Gestión del Cuidado en los hospitales públicos del país. A pesar del macizo marco legal que sustenta esto último, aún sigue en fase de consolidación y las organizaciones de enfermería siguen luchando para que se concrete”, explica.

Según su experiencia ¿Cuáles son los principales logros que ha obtenido la Enfermería en Chile gracias al trabajo gremial?

Se lograron materializar reivindicaciones de carácter laboral. La primera en 1993, cuando se logró la Ley de Urgencia para las enfermeras. En una primera movilización de la lucha por exigir el principio de igualdad ante la ley, es decir, tener feriado legal compensatorio y una asignación monetaria por el trabajo en Urgencia, UCI y Neonatología, tal como lo había logrado el gremio médico. En el año 1996, luego de una movilización de los trabajadores de la Ley 18834, Fenats, Fenpruss y colegios profesionales de la salud -no médicos-, se negoció mientras hubo paralización de actividades del sector durante un mes, y así se constituyeron los turnos éticos, para continuar la atención a la población. Fue una lucha desgastante para dirigentes y trabajadores. Y aunque posteriormente nos fue descontado cada centavo de nuestro salario, logramos negociar la Ley 19.490, que entrega una asignación cada 3 meses por desempeño funcionario, que es un equivalente a un sueldo más en el período. También, el 2007, se negoció otra resolución con la autoridad de la época: que cada enfermera en cualquier lugar del país que ingresara al sector público hospitalario, lo hiciera en grado 15. Otro hito que destaco es que se hizo permanente en la práctica del quehacer de la organización colegial, vincularse con otras organizaciones del sector. Se recrearon en conjunto, instancias para exigir reformas a la salud, haciendo visible una necesidad ciudadana. Igualmente nos vinculábamos con otros actores sociales y logramos tener presencia con nuestra profesión, visibilizando los problemas sociales que vivían las personas que atendíamos. Somos profesionales de primera línea, y ello nos hace atender a la población con mayor vulnerabilidad, donde la situación de salud está marcada por la precariedad de las condiciones de vivienda o la comuna en que reside, entre otros factores. Es por ello que la/os enfermeras/os tenemos una responsabilidad social con lo que ocurre en nuestro país, y el deber de luchar por cambiar aquello que vulnera derechos.   

¿Cómo ha visto el desarrollo de ese rol social y político de la Enfermería a través de los años?

Lento. Hubo un compromiso muy marcado durante el período dictatorial, donde tuvimos un gran posicionamiento por una férrea defensa de los derechos humanos en general, y por la defensa de la salud, que respondieron a un claro intento por debilitarlo. Por ejemplo, cuando se disminuyó el financiamiento en el sector salud, lo cual decantó en un gran desabastecimiento de insumos en los hospitales públicos y hubo huelgas de hambre trabajadores de la salud para denunciar estos hechos. La crisis era enorme y con el tiempo se fue haciendo notorio otro problema: enfermería es una profesión mayoritariamente compuesta por mujeres, y ha vivido durante décadas, la misma y constante discriminación por parte del modelo patriarcal de trato desigual entre hombres y mujeres. Fuimos sometidas a esa cultura que invisibiliza el importante rol que juega la mujer en los diferentes espacios de nuestra sociedad. Nos ha costado muchísimo más lograr tener una visibilización como profesión, y, por cierto, esto ha influido también en tener una escasa representación política; una situación notoria con respecto a otras profesiones que tienen una nítida presencia en el ámbito de la toma de decisiones políticas. Hoy, ante la profunda crisis del modelo socio político y económico que nos rige, y luego del estallido social del 2019, se observa un mayor interés en nuestro gremio por participar de lo político. Esto se traduce en que actualmente se cuenta con diferentes candidatos para las próximas elecciones. Al menos, es un camino que abre la esperanza de generar un modelo de sociedad que transite y permita una efectiva participación ciudadana, con representación paritaria; respeto por los derechos humanos y donde todos tengan espacio, sin sufrir discriminación de ningún tipo.

De acuerdo a su visión ¿Cuál cree que es el aporte de FENASENF como gremio?

En primer término, permite que cada hospital público cuente con un sindicato representativo que cautela los intereses y las condiciones de trabajo y vida de las enfermeras/os, con una activa y renovada participación de dirigentes con fuero gremial. Esto les permite asumir con mayor profundidad las diferentes tareas que demandan sus asociados, así como participar en las negociaciones locales, regionales y nacionales que lo ameriten, obteniendo la misma legitimidad de los otros gremios del sector hospitalario. En mi opinión, es una fortaleza para la profesión contar con una federación con estas características. En segundo lugar, el trabajo del Departamento de Investigación de FENASENF, que es el ente encargado de entregar propuestas de manejo técnico en diferentes áreas de interés para la población, son un aporte efectivo a la salud de la población en general. Ejemplo de ello, son los informes epidemiológicos semanales y las investigaciones que realizan en torno la pandemia, lo cual les ha permitido tener presencia en la agenda pública, gracias a su precisión, alcances y seriedad, constituyéndose en una organización seria.

¿Algún mensaje para las nuevas generaciones?

El trabajo gremial es una actividad muy intensa, apasionante y tremendamente enriquecedora. Requiere de un profundo compromiso con la profesión, querer genuinamente servirla para lograr potenciarla y posicionarla en donde se requiera. Cada enfermera/o puede colaborar activamente con las organizaciones que los representen, desde ser asociada/o hasta dar el paso para convertirse en dirigente. Hoy, este trabajo gremial, requiere de cambios paradigmáticos, ya que la labor gremial y política no están en el mejor pie a nivel ciudadano. Ser dirigente exige un comportamiento ético a cabalidad, probidad a toda prueba, y cumplimiento de deberes y ejercicio de derechos como representante de un gremio. Además, debe existir una clara representación de ese liderazgo, incorporando los elementos de lo femenino, en la capacidad de acoger, contener, colaborar y empatizar. Hoy no hay cabida para dirigentes sin estas características. Este mundo cambiante exige que el servicio que se preste como dirigente, es para fortalecer su profesión y organización, no para servirse de ella. Requerimos líderes gremiales con conciencia de ese mundo que está cambiando y que nos exige nuevas formas para enfrentar la tarea de representar a nuestra profesión en todos los ámbitos. Y es responsabilidad de la organización gremial y de la formación, preparar a los profesionales para esta importantísima labor.