Invertir en enfermería: un beneficio para pacientes y hospitales

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Entrevista a Karen Lasater, Profesora e Investigadora del Center for Health Outcomes and Policy Research de la Universidad de Pennsylvania.

Durante el XIX Seminario Internacional de Enfermería de la Universidad de los Andes, Karen Lasater compartió su visión sobre la importancia de las políticas de dotación segura de personal en hospitales, basándose en dos décadas de investigaciones internacionales.

A lo largo de su presentación, subrayó cómo las proporciones adecuadas de pacientes por enfermera no solo mejoran la calidad del cuidado y la seguridad de los pacientes, sino que también reducen el agotamiento y la insatisfacción laboral del personal de enfermería.

Lasater explicó que, según investigaciones realizadas en más de 30 países, incluido Chile, los resultados positivos se reflejan tanto en la salud de los pacientes como en la estabilidad financiera de los hospitales.

La doctora Lasater destacó casos como California y Queensland, donde las políticas de dotación mínima han demostrado un impacto positivo en la seguridad y calidad del cuidado. Además, compartió cifras que revelan cómo una dotación adecuada en hospitales chilenos podría evitar miles de muertes anualmente.

La experta también enfatizó que invertir en personal de enfermería no solo beneficia a los pacientes, sino que a largo plazo puede generar ahorros significativos al reducir las hospitalizaciones y la rotación de personal.

En esta entrevista exclusiva con FENASENF, Karen Lasater profundiza en los desafíos que enfrentan los hospitales para implementar estas políticas y ofrece recomendaciones clave para mejorar la dotación de enfermería en Chile.

De acuerdo con su investigación, ¿cuál es la proporción ideal de enfermeras por paciente y qué desafíos enfrentan los hospitales para lograrla?

En más de 20 años de investigación, nunca hemos identificado un número ideal único, porque depende del contexto. Sin embargo, lo que sí sabemos es que, sin importar cómo esté estructurado el personal en un hospital, si se asigna solo un paciente menos por enfermera, eso ya mejora tanto la calidad del cuidado para el paciente como la experiencia de la enfermera. Por eso, más que hablar de un número óptimo, buscamos avanzar hacia que cada enfermera tenga menos pacientes bajo su cuidado. Cualquier progreso en esa dirección es positivo.

Los desafíos para lograr esto dependen también del contexto. En Estados Unidos, por ejemplo, las enfermeras están experimentando altos niveles de agotamiento, y entiendo que en Chile sucede algo similar. Muchas enfermeras recién graduadas trabajan en hospitales solo uno o dos años antes de abandonar debido a la falta crónica de personal, lo que provoca un desgaste rápido. Esto genera dificultades tanto para retener al personal que trabaja en los hospitales como para reclutar nuevas enfermeras.

¿Qué recomendaría para retener al personal de enfermería y mejorar sus condiciones?

Creo que es fundamental preguntar directamente a las enfermeras por qué están dejando sus puestos y por qué no recomendarían sus hospitales como un buen lugar para trabajar. En Estados Unidos, la razón principal que mencionan es la insuficiencia de personal: las enfermeras se ven obligadas a hacer demasiado con muy pocos recursos, lo que acelera su agotamiento. En Chile, entiendo que el trabajo en turnos rotativos, incluidos los de noche y los domingos, representa un desafío significativo, ya que estas jornadas de 12 horas son muy exigentes para el cuerpo.

Por eso, es importante que los empleadores pregunten a sus enfermeras: ¿Qué es importante para ti en este trabajo? y ¿cómo podemos apoyarte para que permanezcas más tiempo con nosotros?

¿Qué cambios en las políticas públicas podrían mejorar la dotación de personal y la calidad del sistema de salud en Chile?

Cada hospital tiene cierta capacidad para mejorar su dotación de personal sin necesidad de intervención política. Sin embargo, las políticas públicas juegan un rol esencial para facilitar y promover prácticas de dotación de personal más seguras.

De modo que cualquier país o jurisdicción puede facilitar, desde el punto de vista político, el avance hacia una dotación de personal de enfermería más segura. Hemos visto en otros países que esas políticas se traducen realmente en una mejora de la dotación de personal de enfermería en los hospitales.

¿Cree que Chile podría implementar experiencias como las de California o Queensland?

Aún estoy aprendiendo mucho sobre el contexto chileno, pero algo que me impresiona es lo bien preparadas que están las enfermeras en Chile. También tengo entendido que las universidades están formando más enfermeras tituladas de lo que los hospitales pueden emplear, lo cual es una excelente oportunidad para mejorar los niveles de dotación, ya que la fuerza laboral ya está disponible. Además, esta fuerza laboral es muy joven, por lo que hay muchas enfermeras tituladas que podrían ocupar esos puestos. Por eso, creo que estos son los ingredientes necesarios para elevar los estándares de dotación en Chile.