LA VACUNACIÓN CAMBIÓ NUESTRA HISTORIA

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La inmunización ha permitido erradicar numerosas enfermedades a lo largo de la historia. El estudio y conocimiento en torno a este proceso, ha llevado a enfrentar con éxito amenazas como las del COVID 19.

El rol de la enfermera/o en la vacunación es primordial, debido a la formación que la convierte en experta frente a todos los procesos que implica una estrategia de inmunización.

 

Los datos más antiguos que se conocen sobre la historia de la vacunación datan del siglo VII, cuando budistas indios ingerían veneno de serpiente con el fin de ser inmune a sus efectos. Por otra parte, desde el siglo X, el pueblo chino practicaba “la variolización”, con el fin de inocular el virus de la viruela de un enfermo a una persona susceptible, sometiendo además, las pústulas variolosas y el almizcle, a un proceso de ahumado con el propósito de disminuir su virulencia (scielo.sld.cu).

En Chile, según historiadores del tema, fue el médico y fraile, Pedro Manuel Chaparro, quien en 1765, pioneramente realizó pruebas de inoculación de la viruela. Pero se reconoce a Edward Lenner, como quien probara la efectividad de este método, inyectando virus de vacas infectadas con viruela a seres humanos. Sólo 100 años después se demostró completamente que la enfermedad se podía evitar, inoculando a los humanos gérmenes debilitados, lo que fue comprobado por Luis Pasteur en 1885, quien utilizó una vacuna para prevenir con éxito la rabia en un niño que había sido mordido por un perro con rabia.

De esta forma se pasó de un proceso que intentaba “curar”, cuando ya había empezado una pandemia, a una visión más preventiva y de protección con las políticas de inmunización.

En la actualidad, las vacunas son una de las historias de éxito de la medicina moderna. La viruela se declaró erradicada del mundo en 1977. La poliomielitis se eliminó oficialmente de los Estados Unidos y del resto del hemisferio occidental en 1991. Mientras que se reportaban de 13 mil a 20 mil casos de poliomielitis cada año en los Estados Unidos, antes de la disponibilidad de la vacuna. El año 2.000 no hubo registro de casos.

La lista de enfermedades graves que se han erradicado o cuyas cifras se han reducido dramáticamente por las vacunas, continúa aumentando, desde la parotiditis (paperas) hasta el sarampión, desde la rubéola hasta el tétano.

Para la enfermera y encargada de inmunización del Hospital Las Higueras de Talcahuano, Valesca Matamala, existe un antes y un después de la vacuna en Chile: “efectivamente la inmunización ha tenido un impacto positivo en la vida de todos, ha disminuido enormemente la mortalidad de ciertas enfermedades. En Chile su implementación nos llevó a erradicar la viruela en 1950 y el sarampión en 1992, y a enfrentar con éxito la pandemia del COVID”.

ROL DE LA ENFERMERA EN LA VACUNACIÓN

Cuál es el rol de la enfermera/o en este proceso? ¿Por qué es tan importante que esté a cargo de un profesional de esta área?

 El rol de enfermería es primordial en el programa de inmunizaciones, no se trata sólo de quien administra una vacuna, es un conjunto de actividades dentro de un proceso. La formación de una enfermera es trascendental para el éxito en un proceso de vacunación. Valesca Matamala explica: “tenemos que preocuparnos de la calidad y seguridad de lo que estamos administrando. Desde el momento en que sale del nivel central a nuestros puntos de vacunación. Esto es desarrollar y ejecutar protocolos de manejo de la cadena de frío en nuestro hospital y los distintos centros de salud en que se administran vacunas. Llevar a cabo, asimismo, protocolos de mantención de equipos y supervisar que todo el proceso se cumpla adecuadamente, porque no se debe olvidar que son productos biológicos y se deben administrar correctamente. Por lo mismo es nuestro deber estar capacitando continuamente al personal”.

Valesca, también comenta que las enfermeras son las encargadas de analizar coberturas e implementar las estrategias de vacunación, acorde al lugar de trabajo y su entorno o comunidad. También deben educar y explicar a la población sobre la importancia de la vacunación. “Si bien hay mucha gente de la población que se informa sobre las vacunas, hay un grupo que no es menor que tiene muchas dudas y miedos. Ahí tenemos una misión importante cuando los atendemos. Lo que a mí me ha funcionado es aplicar la regla de perder o ganar. Si bien hay efectos adversos, que es lo que más les preocupa, en realidad son riesgos mínimos. El dolor o fiebre son efectos posibles pero cortos, versus la protección que entrega la vacuna. Les digo por ejemplo a los papás que de esta forma cuidan a sus niños y evitan una posible hospitalización, en caso de enfermedad.