MANEJO DE CÁMARA HIPERBÁRICA: EL DESCONOCIDO ROL DE ENFERMEROS Y ENFERMERAS

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El año 2014, Cristian Alejandro Mansilla Ule (30), egresó de Enfermería de la Universidad San Sebastián, sede Puerto Montt. Ancuditano de nacimiento y corazón, alcanzó a trabajar menos un año en el CESFAM de Alto del Carmen, hasta que volvió a su ciudad natal, para ingresar al Servicio de Medicina del Hospital de Ancud. Desde el año 2017 trabaja en la Unidad de Medicina Subacuática e Hiperbárica, siendo uno de los pocos profesionales enfermeros que maneja cámaras hiperbáricas en Chile. 

¿Ingresar a esta área fue circunstancial o la buscaste?

El 2016, mientras me desempeñaba en el Servicio de Medicina del Hospital de Ancud, surgió un llamado a capacitación, con el fin de trabajar en la unidad de Medicina Subacuática e Hiperbárica. Me inscribí y realicé la capacitación teórico práctica correspondiente. Ese mismo año asistí al Congreso de Baromedicina realizado por la ACHS en Santiago. Ya en el año 2017 pasé a ser parte formalmente del equipo de la unidad. Quise incursionar en un mundo nuevo, ya que no poseía ningún tipo de conocimiento en relación a esta área, porque en mi estudio de pregrado el acercamiento fue prácticamente cero. De manera personal lo único que sabía era que en la cámara hiperbárica se trataba a los buzos con enfermedad descompresiva, culturalmente o más conocido como “mal de presión”. Como soy de Chiloé, en la isla es muy habitual conocer a personas que han sufrido esta patología.

En el año 2018 Mansilla cursó el Diplomado de Enfermería para el paciente en Terapia de Oxigenación Hiperbárica para el CEM y UNAM en la ciudad de Mérida, en México, y actualmente realiza un nuevo diplomado en Medicina Hiperbárica. “El acceso y oportunidades de formación es bastante limitado en esta área, ya que existen muy pocas instancias de formación en el país”, agrega.

¿En qué consiste el trabajo de una enfermera o enfermero en esta área?

Lo primero que debo decir, es que somos quienes realizamos las capacitaciones teórico-prácticas del personal que ingresa a trabajar en esta unidad, ya que no existen mayores oportunidades de formación para el personal ya sea TENS, técnicos en mantención u otro, que ingresa a trabajar en estas unidades. Y dentro de la parte asistencial, en cuanto al procedimiento propiamente tal de oxigenoterapia hiperbárica, cumplimos con la responsabilidad de ser operadores y asistentes (tender) en la terapia. Con ello nos referimos a que como operadores somos los encargados de la ejecución manual de la cámara hiperbárica; además de guiar y dar las indicaciones al asistente que se encuentra al interior de ella, para cumplir con el tratamiento de manera adecuada. El asistente es la persona que ingresa a la cámara hiperbárica, acompañando al paciente en su interior, con el fin de proporcionarle los cuidados directos correspondientes para llevar a cabo el procedimiento de oxigenoterapia hiperbárica (apertura de válvulas, instalación y retiro de mascarilla que proporciona oxígeno, etc). Un asistente se expone al mismo medio hiperbárico que el paciente, por lo tanto, a un medio diferente a lo normal, con condiciones muchas veces poco agradables, tomando en cuenta las variaciones de temperatura y humedad, como también el tiempo de exposición. Muchas veces las tablas de tratamientos llegan a durar 5 horas aproximadamente. Hay muchos riesgos asociados sólo por ingresar a la cámara hiperbárica, tales como: sufrir barotraumas, intoxicación por gases, lesiones físicas en algún caso de pacientes con agitación psicomotora. Incluso se puede llegar a padecer una enfermedad descompresiva. Es por ello la importancia de que las personas que trabajan en la unidad, cuenten con una adecuada capacitación/formación, para cumplir con los estándares de calidad y seguridad para los pacientes y el personal que desempeña sus funciones.

En la unidad donde se desempeña, su equipo está conformado por un médico, un TENS, un técnico en mantención y el profesional de enfermería. Todos trabajan en conjunto en sistema diurno (de 8 a 17 horas en días hábiles), y también con sistema de disponibilidad, el cual significa que posterior al horario diurno -fines de semana y festivos-, deben estar dispuestos para la atención de cualquier persona que necesite del tratamiento en la cámara hiperbárica. “Somos una unidad que posee un personal 24 horas, los 365 días del año. Ahora, hablando de los roles de enfermería, desempeñamos todos ellos: asistencial, administrativo, educacional y de investigación. Y muchas funciones son transversales a otros servicios, como la elaboración de manuales y protocolos; educación a las personas (pacientes y familiares); procedimientos de enfermería; supervisión del personal; coordinación en la unidad, entre otras. La investigación es un área que se potencia bastante en nuestro quehacer. Desde mi ingreso he formado parte de trabajos que han sido presentados en el 43rd Annual Scientific Meeting of EUBS, Ravenna, Italy y en el Annual Scientific Meeting (UHMS), Puerto Rico, 2019; así como también en proyectos desarrollados en pro del avance científico de este campo. Actualmente me encuentro desarrollando un proyecto de investigación, con el fin de conocer la realidad y la gestión del cuidado de enfermería en el área de la Medicina Hiperbárica y Subacuática en el país”, detalla.

Con la actual pandemia por COVID-19 ¿Cómo es el trabajo habitual?

Se ha tenido que trabajar implementando nuevos protocolos para fortalecer las prácticas de seguridad adecuadas para los pacientes y personal de la unidad. Se debe considerar que, en nuestro caso, para proporcionar la oxigenoterapia hiperbárica, se utiliza una cámara hiperbárica multiplaza, lo que significa que se trabaja dentro de un área confinada y compartida por el paciente y asistente, durante un tiempo bastante prolongado. Esto conlleva a un mayor riesgo de contagio para el personal de salud que ingresa con los y las pacientes. Es por esto que, tomando las recomendaciones de diferentes entidades mundiales y especialistas en el área de Medicina Hiperbárica, siempre atendemos a todos las personas que ingresan a ella con todo el equipamiento de protección personal, como si estuviésemos tratando a un paciente con COVID-19. Esto quiere decir, equipo respiratorio filtrante, doble guante, delantal de algodón, traje de aislamiento, etc. Al interior de la cámara se trabaja con temperaturas sobre los 25 grados, algo poco agradable. Pero es necesario y de suma importancia el uso de estos elementos de protección personal, para disminuir los riesgos de contagios, cuidar a los pacientes, y a nosotros mismos.

¿Qué queda por trabajar en esta área?

Chile está en pañales, por lo tanto, hay mucho por hacer, tanto para los pacientes como para el personal que desempeña sus labores en las diferentes unidades hiperbáricas, no sólo personal de enfermería. Debería existir el reconocimiento de la especialidad en el país; tener una legislación y regulación de las condiciones para el trabajo en las unidades de Medicina Hiperbárica, como la Ley de Urgencia, asignación de riesgo, supervisión de los protocolos de salud ocupacional, condiciones de trabajo adecuadas, regulación del trabajo, etc. También formar una Sociedad de Medicina Hiperbárica nacional, integrada por diferentes estamentos y tener mayores oportunidades y acceso a capacitaciones para el personal que se desempeña a nivel país, entre muchas otras inquietudes.