SALUD, UN DERECHO FUNDAMENTAL

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Entrevista a presidenta de AncoSalud

Cada 7 de abril, desde 1950, se celebra el Día Mundial de la Salud, que conmemora la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que este año tiene como lema: “Construir un mundo más justo y saludable”, el cual pone el acento en las desigualdades que existen y que condenan a las poblaciones más pobres a la enfermedad.

La pandemia del coronavirus ha dejado en evidencia, más que nunca, dichas desigualdades, tal como detalla Rosita Vergara, presidenta de Ancosalud, organización que congrega a usuarios en defensa de la salud pública. “Estamos en un momento crucial para erradicar lo que hoy permite que en Chile exista una salud para pobres enfermos y otra salud para ricos sanos. Tenemos que terminar con este modelo discriminador y el rol de un Estado subsidiario que está en la Constitución de 1980”, declara.

 

¿Cómo podría la salud convertirse en un derecho real?

La nueva Constitución debe establecer un rol solidario, que contemple y garantice todos los derechos, para toda/os los habitantes de nuestro país. Derecho a la educación, salud, trabajo digno, vivienda, habitabilidad, para tener un buen vivir. La salud pública en nuestro país ha sido desmantelada en pro del lucro, justamente porque no es un derecho humano fundamental. Hoy sólo tenemos asegurado el acceso a la salud, donde se define que las personas tendrán el derecho a elegir el sistema de salud al que deseen acogerse (público o privado). Esto ha sido para nosotros la desigualdad más grande de Chile.

 

¿De qué forma debería considerarse la salud en la nueva Constitución y cuál debería ser la diferencia con lo que actualmente hay en ella?

En la salud debe haber un cambio cultural, un cambio de paradigma. Hoy sólo vemos la enfermedad y no nos preocupamos de promover y prevenir. Queremos que nuestras niñas y niños, que serán el futuro de Chile, sean sanos y no se enfermen de las mismas patologías que tenemos los adultos. Para eso creemos que se debe fortalecer la APS (Atención Primaria de Salud). Se deben generar acciones y crear herramientas que permitan una salud comunitaria que integre a todos los actores en salud, con perspectivas de género para mejorar la calidad de vida de todes. Que se aumente el producto interno a lo menos al 6% como lo dice OMS y aumentar el per cápita para atención primaria a lo menos en $10.000 por usuario, como ha sido nuestra propuesta en conjunto con otros gremios. También se debe considerar la protección a los trabajadores, que se terminen los contratos a honorarios y se les dé estabilidad laboral. Queremos trabajadores sanos, que tengan garantías para el bienestar de sus familias y así puedan otorgarnos una atención digna. Además, el Estado debe respetar y garantizar los

Acuerdos internacionales con la OMS, como la Declaración Alma Ata, firmada en 1978 en Kazajistán, que comprometía salud para todos al año 2000.

En la práctica puede haber cambios legislativos de toda índole, pero eso no asegura que se cumpla el derecho a la salud. ¿Qué hacer para que este derecho sea efectivo?

La unidad de todos los actores en salud, médicas/os, enfermeras/os, técnicas/os, administrativos, auxiliares y los usuarios, nos permitirá exigir a las autoridades sanitarias y políticas que cumplan e implementen el acuerdo de esta nueva Constitución.

 

¿Algún mensaje que quiera dar?

A los trabajadores de la salud pública que en esta pandemia han dejado a sus familias, les quiero enviar un especial saludo y reconocimiento. Sabemos que han puesto todo, incluso sus propias protecciones para el manejo de esta grave situación. Esta pandemia ha dejado en evidencia la crisis y lo enferma que esta nuestra salud pública, la que funciona especialmente gracias el compromiso de sus trabajadores/as. Además, envío mis condolencias a las familias de los más 30 mil fallecidos en esta crisis sanitaria. Sabemos y vivimos su dolor al no poder verlos, no poder hacerles sus rituales de despedida.