ENFERMERÍA: EL PILAR DE LAS POLÍTICAS DE SALUD QUE NO PUEDE SEGUIR ESPERANDO
Todo sistema de salud tiene 2 núcleos: el curar, cuyo responsable y propietario es el médico o médica; y el cuidar, responsabilidad y propiedad de la enfermera o enfermero. Esta perspectiva pone en relevancia a ambas profesiones, al entender que sin médicos no hay salud, pero tampoco la habrá si no hay enfermeras y es por ello que cuesta entender por qué el déficit de profesionales de la salud en Chile sigue siendo una constante y la pandemia se encargó de gritarlo.
En el caso específico de enfermería es imperioso aumentar la dotación de profesionales en los hospitales públicos. Aquí cabe enfatizar – entre varios puntos -, que en el ciclo clínico hay horarios en que la cobertura médica es mínima y es ahí donde la vigilancia de la enfermera es clave, quien atendiendo a la naturaleza de su trabajo es quien está al cuidado del paciente las 24 horas del día.
La Escuela de Enfermería de la U. de los Andes junto a la U. de Pennsylvania, realizaron un estudio publicado en la revista The Lancet, que dio cuenta que una sola enfermera en el sistema público de salud chileno, puede llegar a cuidar hasta 24 pacientes de día y 31 de noche. Tras analizar las cifras se llegó a la conclusión que en hospitales donde un enfermero es responsable de 18 pacientes, estos tienen un 41% más de riesgo de muerte, en contraste con recintos donde se encarga solo de 8.
Si Chile mejorara las dotaciones a 10 pacientes por enfermera podría generar un ahorro anual de USD 29.000.000 (29 millones de dólares) por la reducción de días cama, lo cual pagaría los costos de emplear a las profesionales adicionales necesarias, según el mismo estudio. Al cumplir este estándar se podrían evitar 100.000 días de atención hospitalaria y dejar espacio para que ingresen más pacientes, lo cual repercutiría directamente en la reducción de las listas de espera, un caballito de batalla usado hasta al hartazgo en medio de campañas de elecciones presidenciales y aún la eterna promesa no se cumple.
Como federación siempre hemos relevado el rol político y social de la enfermería y es en estas situaciones donde queda en evidencia su importancia. Como conocedores privilegiado/as de las necesidades de las usuarias y usuarios, somos las y los profesionales llamada/os a aportar en temas de salud pública. Nuestra formación es integral y somos quienes conocemos el impacto que tienen en las personas las malas decisiones de la autoridad. El tiempo se acaba mientras la población chilena se sigue muriendo por falta de recursos. Equidad, dignidad, salud universal y gratuita AHORA. Por esta razón, enfermeras y enfermeros de Chile estamos movilizados, exigimos una estructura clara y definida, con dotaciones seguras por el bien de nuestros pacientes.