LA INCOMPATIBILIDAD DE LA BRECHA HISTÓRICA Y EL PERSONAL A HONORARIOS

Opinión

LA INCOMPATIBILIDAD DE LA BRECHA HISTÓRICA Y EL PERSONAL A HONORARIOS

El déficit  de profesionales, técnicos y auxiliares de la salud para dar cobertura a la atención de la población es un mal indicador histórico. Pasan los años, cambian las autoridades, y el problema persiste, sin asomo de un cambio que revierta la brecha histórica de personal, una más bien estructural, ya que existe desde la formación profesional.

La recomendación de la OCDE (Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico) es que existan, en promedio, 8,8 enfermeras por cada 1.000 habitantes y en Chile estamos muy lejos de esa cifra: recién superamos las 4 enfermeras por cada 1.000 habitantes.

Un ejemplo es lo que ocurre en la región de O’Higgins, en el nuevo Hospital Regional de Rancagua inaugurado el 2016, como un flamante salvador sanitario, ya que era el más grande de Sudamérica, tanto en infraestructura, como en todas sus áreas.

Lamentablemente lo que no se mencionó a nivel público, era que en el sector de clínica, solo se contemplaban un par de camas más que en el antiguo edificio.

Llegó la pandemia y al igual que todos los recintos hospitalarios de Chile el alto número de pacientes Covid lo golpeó y apresuró la instalación de un mayor número de camas críticas UCI y UTI con 100 ventiladores. Todo se logró en menos de un año, demostrando la eficiencia, lo cual fue reconocido públicamente por el MINSAL.

Sin embargo, la celebración fue pasajera. El aumento de camas llevó a que otros servicios y/o unidades se reestructuren para absorber a los pacientes Covid, lo cual se hizo con personal contratado en  modalidad honorarios, personal que una vez pasada la emergencia sanitaria siguió trabajando bajo el mismo régimen, hasta hoy. Realidad que se repite a lo largo de todo el país.

Lo gravísimo es que aquí no solo hablamos de un número de camas que demandan lo/as usuario/as, sino del derecho garantizado a la salud, y un trato justo y responsable con lo/as profesionales de la salud. Uno que garantice calidad, seguridad y bienestar a las personas. Retomando el caso del Hospital de Rancagua, las camas básicas ya no existen, lo/as pacientes son cada vez más complejos y necesitan más cuidados que hace 10 años atrás.

A nivel nacional, en 2019 el país no superaba las 1.700 camas UCI. Con el arribo de la pandemia la conversión y complejización de camas, además de la centralización de camas públicas y privadas, se contabilizaron 4.500 camas UCI totales. Hoy en día, desde el sistema público, solo se aportan cerca de 2.800.

Es urgente actualizar la recomendación ministerial de dotación de personal del año 2012 y sincerar la complejidad de los pacientes con las camas respectivas, según los indicadores de riesgo-dependencia. Sin esa renovación seguiremos cuidando a lo/as pacientes hospitalizados con estándares menores a los requeridos, según nuestra valoración de necesidad de cuidados en el proceso salud-enfermedad.

Los parches solo sirven para cuidar heridas, no garantizan el derecho a la salud.

 

Abigail Cornejo Abarca

Enfermera, Directora Nacional de FENASENF y Presidenta Asenf Rancagua