LA SALUD COMO DERECHO CONSTITUCIONAL

Opinión

Chile acaba de escribir un capítulo importante y excepcional en su historia. Este 25 de octubre del 2020, las chilenas y chilenos definieron redactar una nueva Constitución Política para la República y con esto, la eterna discusión respecto a la salud y su reconocimiento como “Derecho Fundamental” en la Carta Magna, recobra protagonismo. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿Realmente sabemos y entendemos cuál es la implicancia de esto?

La respuesta es clara y taxativa: alcanzar la equidad en salud, la cual se traduce en que las personas puedan desarrollar su máximo potencial de salud independientemente de su posición social u otras circunstancias determinadas por factores ajenos a su condición de individuo, de ser humano. 

La equidad en salud implica que los recursos sean asignados según la necesidad de las personas, poniendo énfasis en acciones que generen “protección de la salud” y siempre en base al principio de solidaridad garantizado y respetado por todos.

Es importante precisar que para tener éxito en los principales indicadores de salud de la población, las estrategias sanitarias deben volcarse hacia la promoción de ella y la prevención de enfermedades, lesiones y complicaciones derivadas de éstas, destinando los recursos indispensables. Es vital y urgente fortalecer de manera efectiva la Atención Primaria de Salud y dar respuesta a todos los requerimientos frente a una patología o sospecha de ésta. Y en este contexto se debe entender que aquellas acciones que se efectúan en la atención, constituyen un “bien moral” para las personas o grupos que las reciben, por lo cual se debe garantizar altos estándares de calidad, seguridad y continuidad.

La salud es el vaso comunicante con la vida y tiene un vínculo indisoluble con ésta, ya que constituye el bien más preciado para el ser humano y debe ser  otorgada universalmente desde el servicio público bajo un enfoque integral biopsicosocial en sus tres perspectivas. Éstas incluyen a las personas, familias y comunidades, con la mirada puesta en las “determinantes sociales de la salud”, es decir, las circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud. Ellas son las piezas fundamentales del “puzzle de la salud humana”, al ser las verdaderas condicionantes que impactan en la salud y nos exigen trabajar en pos de la autonomía de las personas y garantizar la asistencia en caso de perderla total o parcialmente.

Mirar los aspectos anteriormente señalados es el llamado que hace hoy FENASENF, cuando como país tenemos la gran oportunidad de que la nueva Constitución Política sea redactada por las ciudadanas y los ciudadanos, que durante décadas hemos sido privados de algunos derechos fundamentales, entre ellos el derecho a una salud pública, universal, equitativa, solidaria, oportuna, efectiva y de calidad.