
#SaludSinViolencia: Protejamos a quienes nos cuidan por Natacha Sierralta
Cada día, miles de trabajadores y trabajadoras de la salud en Chile inician sus turnos de 8, 12 o incluso 24 horas. A simple vista, son como cualquier otro trabajador, pero cuando se colocan el uniforme, la realidad cambia. Este cambio dice relación con la mayor vulnerabilidad y maltrato al que nos vemos enfrentados los funcionarios y funcionarias públicos que prestamos servicio en la atención primaria y en los hospitales.
En 2023 se registraron 9.727 agresiones contra personal de salud pública. En 2024, la cifra aumentó un 8,8%, llegando a 10.415 casos, es decir, 28 ataques diarios. De estos, el 73% son agresiones verbales, el 14% físicas, y un preocupante 2,8% son de índole sexual.
¿Qué ha pasado entonces?, al parecer ya es habitual escuchar en las noticias casos como lo ocurrido en Puente Alto, donde individuos armados amenazaron al personal del CESFAM Raúl Silva Henríquez; en San Bernardo, funcionarios del Hospital El Pino fueron víctimas de asaltos; en Curicó, el enfermero Leandro Velasco fue atacado con un arma blanca por un familiar de un paciente tras defender a una kinesióloga. La violencia en nuestros centros de salud se ha vuelto cotidiana.
Sabemos que la agresividad ha aumentado en el país, pero nada justifica normalizar la violencia contra quienes están para cuidar a la comunidad. La frustración con el sistema de salud no puede recaer sobre sus trabajadoras y trabajadores. La falta de políticas de protección, la escasez de personal y la precariedad de la infraestructura solo refuerzan una sensación de desamparo, afectando gravemente la salud mental del equipo sanitario.
Desde la Federación Nacional de Enfermeras y Enfermeros de Chile (FENASENF), seguimos denunciando cada caso de violencia, apoyando a las víctimas y exigiendo respuestas concretas. Trabajamos con organismos como Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) porque sabemos que la solución requiere un compromiso transversal.
Por eso, es fundamental que cada persona que usa los servicios de salud entienda que detrás de cada atención hay un equipo humano que se entrega por completo para cuidar vidas. Las y los enfermeros somos profesionales de la ciencia del cuidado, dedicamos nuestra experiencia, conocimiento y vocación para resguardar la integridad y salud de cada paciente. Pero también necesitamos protección, condiciones dignas y un Estado que se haga cargo de nuestro resguardo.
Con conciencia, unidad y verdaderas políticas públicas de protección, podemos seguir fortaleciendo y dignificando la salud pública en Chile. Proteger a quienes nos cuidan no es solo un compromiso, es una deuda pendiente del Estado con quienes entregan su vida al servicio del país.
Natacha Sierralta es enfermera, presidenta de la Asociación de Enfermeras del Hospital de La Florida y dirigenta nacional de FENASENF. Actualmente, es candidata a dirigenta para la Central Unitaria de Trabajadores y representa a más de 11 mil enfermeras y enfermeros de los hospitales públicos de Chile.