VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO: EL CONOCIMIENTO Y LA PREVENCIÓN SON LA PRINCIPAL ARMA CONTRA ESTE FLAGELO

Opinión

Cerca del 90% de la población sexualmente activa tendrá VPH alguna vez en su vida. Bajo ese prisma, la infección por VPH debe ser tratada con la seriedad que merece, dejando de lado los prejuicios que envuelven a esta y a todas las infecciones derivadas de la actividad sexual.

El virus del papiloma humano es un enemigo silente, ampliamente conocido por generar uno de los problemas de salud pública más importantes en nuestro país y que cobra la vida de al menos dos mujeres al día: el cáncer cervicouterino. Existen también otros riesgos menos conocidos por no alcanzar la misma magnitud epidemiológica, es el caso de cánceres como el orofaríngeo, anorectal y de pene, constituyendo el primero el 1% del total de cánceres en el país.

En esta línea es que se ha implementado la inmunización contra el virus a través de la vacunación en cuarto año básico, iniciada el 2014 para niñas. Debido al creciente problema en la población masculina, tanto por ser portadores como por desarrollar la enfermedad, se incorporó el 2019 también para niños del mismo grupo etario. La edad promedio que actualmente tienen las primeras vacunadas es de 17 años, pero la evidencia indica que la inmunización presenta efectividad, aunque un poco menor, en personas de hasta 45 años en la disminución del riesgo de desarrollar verrugas genitales y/u orales, y otras lesiones precursoras de tumores malignos. Para acceder a la vacuna de manera particular se requiere una indicación médica y cubrir el costo económico que va desde los $80.000 por cada dosis en Chile, requiriendo dos para completar el esquema.

Otra alternativa para controlar el riesgo es identificar los mecanismos de barrera altamente eficaces en la prevención. En ese sentido es importante no olvidar y tener siempre muy presente, que se transmite por contacto directo. Sin embargo, el uso de preservativo u otras barreras en prácticas orales es poco frecuente, por lo que optar por acciones de menor riesgo, como disminuir el alcance, reduciendo la profundidad en el sexo oral masculino y acortando el tiempo de sexo sin protección también es una alternativa. El consumo de alcohol, tabaco y la mala higiene oral pueden empeorar el panorama, por lo que otras medidas para atenuar el riesgo son: dejar los hábitos perjudiciales y cuidar la salud y limpieza de nuestra boca.

Si bien la prevalencia de infección por VPH es alta, alcanzando hasta al 50% de la población adulta, nuestro sistema inmune es capaz de eliminar la presencia del virus en el organismo en dos años. Estilos de vida saludables, deporte y alimentación balanceada, serán aliados al momento de la batalla contra las consecuencias del VPH, contribuyendo a fortalecer la inmunidad.

Estas acciones apuntan a reducir el riesgo mas no lo eliminan. Conocer nuestro cuerpo y revisarlo continuamente nos permitirá consultar tempranamente ante sospecha de lesiones bucales (manchas blancas, heridas que no curan, verrugas) y genitales, lo que puede detener a tiempo consecuencias irreversibles. Esto es también lo que persigue el chequeo preventivo en mujeres a través del PAP, permitiendo un examen localizado de alta efectividad: entre 85 a 100% en el diagnóstico y tratamiento de lesiones de riesgo en el cuello uterino.

En el transcurso de nuestras vidas surgirán enemigos de los que difícilmente nos libraremos, conocerlos permite enfrentarlos de manera más responsable y eficiente. Por sobre todo resulta urgente, incorporar de manera temprana una educación sexual integral, inspirada en la evidencia, con una mirada salubrista y de futuro y que apunte a concientizar a nuestras nuevas generaciones, apartando la demonización social que envuelve a una práctica tan humana como el sexo.